miércoles, 7 de mayo de 2008

como cosa soñada a destiempo


Una frase queda, pues, trazada en derredor de la circunferencia dorada del viento, en la circunvalación en que se deposita herrumbrosa como cosa soñada a destiempo, presagio, y que recorro en la compañía elusiva del Otro.

Añoranza de un libro al que se le ha arrancado un enigmático suspiro durante el acontecer del crepúsculo y que ha quedado petrificado en las oquedades que ahora son mías y de nadie.

Varo, entonces, junto a la mano encallada que me tiende una imaginación sugerida por él y su impalpable recurrencia, esa que sostengo en el territorio en que mediamos y en el que me adentro cual depósito de suspiros y ensoñaciones, sólo el cementerio en derredor.